Si pasas por Asturias y no te llueve, es que no has pasado por Asturias.
Pues yo ya puedo decir que he pasado por Asturias. Hoy ha llovido todo lo que ha querido y mas. Desde lluvia fuerte a molesta llovizna, hemos tenido de todo menos sol, que a ese no lo hemos visto.
Ayer al final conseguí algo de cobertura. Tuve que ir a lo mas alto del pueblo, subirme a un mojón del Camino y hacer la postura de la grulla mientras elevaba un palo metálico en el aire para conseguir una raya de cobertura, pero lo conseguí y pude mandar la crónica. Para que veáis lo que me sacrifico por teneros informados.
Cené en el único bar del pueblo un impresionante plato combinado con ensalada, patatas, dos huevos fritos y cuatro rodajas de lomo, todo por nueve euros.
Luego estuve viendo la serie Vikingos. Me gustó. Me caen bien los vikingos porque siguen la teoría de que para que vamos a discutir si podemos arreglarlo a leches.
He dormido muy bien. Al final no me colaron ningún teutón en la habitación y no ha habido ningún problema mas con el DNI ni con nada.
Como siempre me he despertado a las siete. Llueve y a gusto. El cielo está completamente cerrado y esto no tiene pinta de parar. Así que no queda mas que prepararse y salir cuanto antes para llegar lo más pronto posible a la ducha en Grandas de Salime.
Desayuno en el albergue y me pongo el cubremochilas, las polainas y el chubasquero antes de arrojarme a la carretera. Hay una en el hotel que ya está pidiendo un taxi. Me parece demasiado. El día es malo, pero no para tanto, y la etapa de hoy no es muy larga y promete ser una de las mas bonitas del recorrido. Tiene tres partes muy diferentes. Una primera de subida hasta un puerto de mil metros ( ahora estamos a ochocientos), una segunda de fortísima bajada desde allí hasta la presa de Grandas (a doscientos metros de altura) y seis últimos kilómetros de subida hasta Grandas, que está a 550 metros. O sea, una auténtica montaña rusa que debe ser preciosa.
A las ocho y cuarto estoy ya saliendo. El día es además de muy lluvioso, algo frío, pero con la capa de lluvia no se nota demasiado.
Salimos en subida, como es normal, por un sendero que hay que hacer con cuidado porque está lleno de grandes piedras que con la lluvia se hacen resbaladizas. Subimos como un kilómetro hasta alcanzar una carretera por la que ya vamos a llegar más cómodamente al primer pueblo de la jornada.
Ahora la pendiente es de ligera bajada, pero la lluvia sigue siendo bastante molesta. Llevo la máquina de fotos por dentro del chubasquero para protegerla y eso hace algo mas incómoda la marcha. Menos mal que por la carretera se va bien y que las vistas del valle son muy bonitas.
Al poco la lluvia remite, pero es sustituida por un fuerte viento que resulta aún mas molesto. No hay nadie en la carretera y por no pasar no pasan ni coches.
En cuatro kilómetros y medio llegamos a La Mesa, el primer pueblo de la jornada, donde un lugareño con el que me enrollo me dice que hacia Grandas el tiempo va a mejorar. A ver si es verdad. La Mesa no tiene nada. Solo un albergue donde hay un par de peregrinos esperando no se a que, porque ahora no llueve y deberían aprovechar.
Toca ahora la subida mas fuerte del día, que comienza justo al pasar el albergue. Tenemos que subir doscientos metros en algo menos de dos kilómetros para llegar al alto de los Coriscos, situado a 1.050 metros de altitud. La subida se hace por carretera y a ratos es bastante dura, por lo que tengo que ir parando a menudo. Continuamente llueve y deja de llover, por lo que no te puedes quitar el chubasquero, que da bastante calor. Por lo menos ahora no hace viento, lo que es un alivio.
Con paciencia llego a lo alto del Puerto, que tiene un parque de molinos eólicos que se ven entre la niebla que cubre la cima un poco más arriba de la carretera por la que continuamos.
Un trozo mas de terreno llano y comenzamos el descenso hacia la presa de Grandas de Salime. Es un descenso en el que tenemos que bajar en siete kilómetros desde los mil metros del puerto hasta los doscientos de la presa.
Comenzamos bajandoop por la carretera, para abandonarla pronto para entrar en un sendero que nos lleva a una capilla, la de Buspol, colgada justo al borde de la montaña. A partir de ahora y hasta la presa vamos a ir todo el rato por senderos de montaña cómodos y bien cuidados.
Tras cruzar un par de cancelas de ganado, comienza el descenso en serio, que enseguida nos introduce en un precioso bosque de pinos que nos va a acompañar hasta la misma presa. El sendero es cómodo y está alfombrado con las agujas de los pinos, lo que le da un color rojo espectacular.
Al poco rato, podemos ver ya el embalse muy abajo a nuestra izquierda. Es un paisaje que no parece de aquí. Si te enseñan una foto y te dicen que es el norte de Canadá o los fiordos noruegos te lo crees ( menos Juan y Churri, que no se dejarían engañar con los fiordos). Vamos justo por la ladera de una muy empinada montaña que cae a pico hasta el embalse. Enfrente se eleva otra montaña similar y entre las dos está el embalse. Espectacular.
Vamos bajando y a tramos vemos el embalse. Mi guía decía que este tramo era algo peligroso y que no te salieses del sendero, avisándote de graves riesgos. Lo del peligro no lo veo por ninguna parte. Salvo algún pequeño tramo mas pedregoso, donde hay que ir con cuidado de no resbalar, el sendero es ancho, cómodo y con una pendiente no demasiado fuerte. En cuanto a lo de salirte del sendero es imposible salvo que te quieras suicidar. La pendiente de la ladera es muy fuerte y no puede ocurrirsele a nadie salirse.
En el Camino vemos varias curiosas construcciones circulares de piedra, altas y bastante anchas. Luego me enteraré que se trata de Curtios, una construcción típica de aquí dentro de la cual se colocan colmenas para evitar que los osos puedan comerse la miel.
¿Osos?, ¿es que hay osos por aquí?. Solo falta que se me coma un oso, como a Fabila. ¡Que forma tan asturiana de morir!. Pues no, aquí no hay osos, pero estamos muy cerca de la reserva mas grande de Asturias de este animal. Algunos incluso dicen haberlos visto en el tramo de hospitales, pero yo creo que es que algunos toman sustancias que igual les hacen ver un oso que un elefante.
En un momento dado vemos en la otra ladera del embalse nuestro destino, Grandas de Salime. En línea recta no debe haber mas de un par de kilómetros, pero nosotros, entre bajar a la presa y subir por el otro lado tenemos aun que hacer doce.
Cada vez llueve menos y se baja muy a gusto. Solo ocasionalmente caen unas gotas, lo que obliga a llevar el chubasquero puesto casi todo el rato.
Al final llegamos cerca del embalse, el terreno se nivela y el Camino va bordeando el embalse para acercarse a la presa. No he visto a nadie desde que salí de Berducedo pero en este tramo me encuentro con varios grupos.
Casi al final la pista se desvía del sendero y se entra en un caminito muy estrecho entre árboles y helechos que baja muy fuerte hasta llegar a una carretera que ya nos lleva directos a la presa.
Antes de llegar allí, un pequeño túnel lleva a un mirador sobre el pantano que tiene unas vistas preciosas. Por lo visto el mirador lo hicieron cuando vino Franco a inaugurar el pantano, y aquí sigue.
Cruzamos la presa, que tiene unas vistas que acongojan de la fuerte caida que tiene hasta el fondo. Al otro lado el embalse está lleno y el agua llega hasta solo un poco por debajo de la presa.
Desde aquí nos quedan solo seis kilómetros hasta Grandas, pero todos de subida. Comenzamos subiendo por las mismas carretera que cruza el embalse y pronto ganamos altura. A un kilómetro hay un hotel estratégicamente situado, con unas vistas excelentes de toda la zona. Por supuesto hago allí mi única parada del día y descanso un poco. Es la una menos cuarto y calculo llegar a Grandas a las dos.
La subida sigue por la carretera otros tres kilómetros. Hay varios miradores con magníficas vistas sobre el pantano, y es una subida constante, pero cómoda. Sigue lloviznando a ratos, pero no intensamente.
Los dos últimos kilómetros se hacen por un sendero de montaña muy estrecho que termina de nuevo en la carretera justo a la entrada de Grandas de Salime, que es un pueblo pequeño y extendido en la ladera de la montaña. Parece poca cosa, pero esconde dos excelentes sorpresas.
Encuentro enseguida el hotel La Barra, situado justo enfrente de la iglesia del pueblo y de un parque bastante agradable. Las llaves hay que cogerlas en el bar del hotel, que está en otro portal al lado. El hotel es un edificio de tres pisos bastante pequeño. La habitación es similar a la de todos estos hoteles, pequeña y confortable.
Bajo al bar del hotel a comprar agua fría y me encuentro en la puerta al alemán que ayer casi me cuelan en la habitación con su mujer. Vienen también a este hotel, asi que les digo donde tienen que coger las llaves y me subo, no se me vayan a colar hoy.
Tras hacer mis tareas domésticas descanso un rato en la habitación antes de salir a conocer el pueblo. El tiempo se ha despejado y ahora luce el sol, aunque no parece que vaya a durar mucho, porque se ven nubes viniendo.
Grandas tiene dos cosas interesantes. Una es la iglesia, que tiene un porche exterior que la rodea entera y que es muy bonito.
Pero la mejor con mucha diferencia es la segunda. Visitar el Museo Etnográfico de Grandas puede no parecer muy atractivo como idea para mucha gente, pero es una pasada. Es un recinto abierto muy grande donde está reproducido prácticamente un pueblo de los años cuarenta o cincuenta. Tiene de todo, recreado con todo detalle y con toda clase de artilugios de la época.
Hay una casa de la zona con un salón que hacía además las veces de dormitorio. No falta detalle. La vajilla completa en el aparador, fotos antiguas de familia, dos pequeñas máquinas de liar tabaco, una mecedora en un balcón exterior...
Hay también una cocina completa mucho mas antiguas, de las de fuego en el suelo y perolo colgado del techo. Pienso que a Concha le encantaría.
En otras estancias hay una bodega, una zapatería con todos sus utensilios, varios telares antiguos... Varias personas están por allí deambulando y te contestan a todas las dudas que tengas.
Saliendo de esa casa hay una reproducción de una forja accionada por agua, que funciona y todo. También funciona un molino de agua en el que están moliendo trigo y haciendo harina.
Pasado un pequeño estanque hay otro edificio en el que han recreado una tienda de ultramarinos que parece de cuento, con su caja registradora antigua, sus estantes llenos de mercancía de la época, que también está colgada del techo, sus cajas de madera con botellas de gaseosa...
Al lado está el reino de Mari Cruz. La zona médica. Hay un consultorio de dentista , una sala de urgencias con una camilla y estanterías con instrumental antiguo, y una consulta.
Un poco mas adelante hay una sastrería con patrones y trajes a medio hacer, una fábrica de sifón y gaseosas, otra de gaitas con una maquinaria curiosísima que se puede accionar ( bueno, no se si se puede, pero yo la acciono}.
Pero lo mejor es un aula de escuela perfectamente montada, con sus pupitres dobles de madera con la tapa que se levanta, la mesa del maestro sobre el estrado, libros y cuadernos de la época, los babis colgados de un perchero y las madreñas con las que los niños vienen a clase..... Tiene hasta un crucifijo en el centro, la bandera de España con el águila y la foto reglamentaria de Franco en la pared. Una pasada.
También hay una pequeña capilla como las que se ven en el camino y un hórreo. Por fin he visto como es un hórreo por dentro, que tenía curiosidad.
En fin, un museo de primera. Está considerado el mejor museo etnográfico de España y estoy seguro de que lo es. Además, el personal es emcxantador y te guían sin presionar ni atosigar.
Después de la visita vuelvo a la habitación donde descanso hasta las ocho,cuando salgo a cenar. Al salir veo en el porche de la iglesia al peregrino con perro que vi el otro día. Me dice que va a dormir en el porche. Por lo visto suele dormir fuera, porque en los albergues no puede dormir el perro.
Ceno en un pequeño bar-restaurante que es un hallazgo. Pido cecina con queso de cabra y un entrecot de buey. Lo que me traen es una chuleta de generoso tamaño, así que se lo digo a la camarera. Me dice que eso es entrecot y llama al dueño, que me explica que allí llaman entrecot a la chuleta cortada mas fina que el chuletón. No quero pensar el grosor que tendrá el chuletón. Charlamos y me dice que allí organizan todos los años unas jornadas del chuletón y el bacalao a las que invitan a cocineros vascos. Me enseña unas fotos de los que estuvieron el año pasado. Le digo:
-¡ Pero si ese es Matias de Casa Julian de Tolosa !
En efecto, los cocineros que vienen son los mejores de Guipuzcoa. Y eso se nota. La chuleta-entrecot que me tomó es excepcional. No llega al nivel de las de Tolosa porque no está hecha en brasas, pero es una carne en si punto de curación y perfecta de punto...y a un precio que no tiene nada que ver con los de Tolosa. O sea, que cena perfecta.
Tras este festín inesperado me retiro a mis aposentos a las nueve y ya me quedó aquí descansando.
Y esto es todo por hoy. Un día muy completo y muy agradable. La etapa, a pesar de la lluvia ha sido muy buena. Probablemente la mas bonita en cuanto a paisajes y muy variada en cuanto a terreno. Además Grandas tenía reservadas dos sorpresas de primera en forma de museo y chuletón.
Mañana ya entramos en Galicia y dejamos Asturias. Es una etapa mediana, de veinticuatro kilómetros , que tiene a la mitad el Puerto del Acebo, que da entrada a Galicia.
Se espera mejor tiempo que hoy. Ya veremos.
Trivial del Camino.
Hoy mi tía Carmina y Cristina han acertado dos de las tres AUTENTICAS tradiciones peregrinas: bajar a la cripta y dar el abrazo al santo. Pero ambas se han equivocado en la tercera, que era la que ahora no se puede hacer. No se trata de dar los coscorrones al santo de los croques. En realidad no es un santo, sino el maestro Mateo, constructor del Pórtico de la Gloria, que se representó a si mismo mirando al altar. La tradición es que si das coscorrones ( croques) al maestro, se te tramsmite parte de su inteligencia . No es por tanto una tradición Jacobea y no vale como respuesta.
Juan por su parte casi ha acertado. La tradición que ha permanecido no es la de tocar el pie del Apostol en la columna central del pórtico. Pero tiene su origen en ella. Para tocar el pie los peregrinos se apoyaban en la columna. Con los siglos, los miles de manos apoyadas fueeon desgastando el mármol de la columna y se formó un hueco en forma de mano. La tradición es poner los dedos en ese hueco como símbolo de unión con todos los millones de peregrinos que antes que tú lo hicieron. Y esa es precisamente la tradición que ahora no se puede hacer, porque están restaurando el Portico y lo han vallado para que no puedas acceder. Los talibanes arqueológicos, en un rapto de estupidez inusitado han decidido cargarse una tradición de siglos porque dicen que deteriora la piedra.
En mi opinión hay que dar por buena la respuesta de Juan y por tanto hoy han ganado Carmina, Cristina y Juan.
Y para hoy, ya que hemos hablado del maestro Mateo, vamos a seguir con él.
El Pórtico de la Gloria es la obra genial de Mateo en la Catedral. Pero no es la única que hizo.
También hizo otra obra de arte en la Catedral de Santiago que fue desmantelada siglos mas tarde.
Parte de sus piezas fueron recuperadas y se encuentran en dos sitios distintos de la Catedral.
Las preguntas son:
-¿Cual fue la otra obra de Mateo en la Catedral?.
-¿De que material estaba hecha?
-¿En que dos lugares del recinto catedralicio pueden verse las partes que se recuperaron tras su desmantelamiento?.
-¿De que material estaba hecha?
-¿En que dos lugares del recinto catedralicio pueden verse las partes que se recuperaron tras su desmantelamiento?.
Es mas fácil de lo que parece y os permitirá conocer o recordar dos de los sitios mejores del recinto catedralicio de Santiago.
Preparado para la lluvia.
La Mesa
Subiendo al Corisco
Capilla de Buspol
Hasta nueva orden todas las fotos son de la bajada a la presa.
Mirador de la presa
Presa de Grandas
Subiendo desde la presa
Llegando a Gramdas
Porche de la iglesia de Grandas
Iglesia de Grandas
Porche de la iglesia de Grandas
Museo: cocina
Museo: bar
Museo: tienda de ultramarinos
Museo:aula de clase
Museo; aula de clase
Museo:sillon de dentista
Vista desde la habitacion. Al fondo el alro de los Coriscos
Me encanta esta nueva modalidad de leer crónicas y ver las fotos. Qué paisajes!!! Voto por ir todos a Asturias es que es un lugar precioso y visitar Museos Etnográficos me encantan y al italo-argentino lo de comer chuletones!!!
ResponderEliminarAyer a las 23,30 estuve atenta a ver si publicabas tu crónica pero no la encontré, a qué hora te vas a esos lugares remotos para conseguir internet?? Y por cierto el alemán que te persigue que es lo que quiere de tí, le habrá molado lo de cambiar de pareja.. Tú, Antonio, mantente firme y no cedas a sus pretensiones!!!
Bueno a ver si acierto hoy las preguntas, eso de ir pareja con tu tía Carmina me mola porque debe ser muy simpática para entusiasmarse tanto como nosotros:
1.- El Pórtico de la Gloria de la catedral
2.- Mármol y granito
3.- Se la dejo a Juan para que nos ilustre.
Besos y buen camino!!!
Es un detalle por parte de la tempranera Cristina (que claramente vive en la hora de su país y así aguanta hasta tarde) cederme alguna pregunta y yo respondo según la Wikipedia que la otra obra del Maestro Mateo es el Coro Pétreo de la Catedral que al parecer fue derruido y del que restos de sus esculturas fueron colocadas en la Puerta Santa. De paso os recomiendo la versión de la Wikipedia en gallego.
ResponderEliminarEn cuanto a los avatares del Peregrino, me preocupa el abrazo del oso (diga lo que diga está junto a los Oscos y es comarca donde deben andar felices con tanta vegetación y tranquilidad). Por lo demás, la promoción del chuletón invita a que Agostino se pase por allí de vuelta de Asturias este año, compre material y lo disfrutemos con su barbacoa en un "Carnívoro peregrino" en Santa Cristina: Agostino y Fernando asan y el resto escuchamos embelesados al Peregrino contando sus hazañas (prohibido ese día llevarse el Hola, mujeres). También pueden venir el oso, los alemanes, el del perro y demás fieles compañeros del Camino.
Por lo demás, ¡qué envidia de paisajes! Este camino sí que parece auténtico y primitivo.
Porre, el que disfruta de las crónicas pues el Peregrino cada día parece más aclimatado.
Sabeis lo que os digo que yo echo de menos este año de las cronicas del peregrino son las enseñanzas con las que terminaba todas sus crónicas el año pasado , eran tan bonitas y tan edificantes. ¿donde está mi peregrino sabio que de cada una de sus etapas sacaba sus buenos propósitos que luego aplicaba en su vida diaria?
ResponderEliminarbesos
La de rodriguez
Este año toca por petición popular Trivial del Camino y no enseñanzas.
ResponderEliminarEsas, a pesar del cachondeo que adivino en sus comentarios, las guardo para Paloma cuando vuelva. Y no seáis malpensados, que OS conozco y me refiero a enseñanzas intelectuales.
Sí, tiene razón Paloma Rodríguez, porque gracias a las enseñanzas edificantes del Peregrino se relajaba y no nos daba collejas ni azuzaba a su perro contra los vecinos. Me temo que cuando las está pidiendo de nuevo es que ha dejado la medicación y a la que nos descuidemos en cualquier gin, nos atiza con cariño en el cogote (el mío de merluzo del cantábrico).
ResponderEliminarY a todo esto, se ha distraído el Peregrino y no ha habido puntuación hoy. La Cristina debe estar ya acechando en busca de crónica con Trivial y yo igual he puntuado hoy y no me lo cuentan.
Pelusón de la Porre