lunes, 5 de agosto de 2013

Dia 4- Tineo - Pola de Allande. 29 kilómetros con las cuestas al final.

Una etapa mas corta de lo previsto. Mi guía se equivocaba respecto a la distancia, pero afortunadamente esta vez lo ha hecho a mi favor. En vez de los 32 kilómetros prometidos han sido solo 29, lo que alegra mucho, ya que representa casi una hora menos de marcha.
De todos modos, como eso no lo sabía, me he puesto en marcha muy temprano. A las seis me he despertado y a las siete menos veinte estoy ya saliendo por la puerta, justo cuando ya empieza a haber luz suficiente para ver  el Camino.  Cuando me levantaba he visto salir a la pareja que ayer llegó a las vez que yo a la pensión. Esos aún madrugan mas.
Una fuerte cuesta da salida a Tineo, pero es corta y pronto avanzamos por un precioso camino colgado de la ladera del monte, desde el que se va vendo alejarse el pueblo. La vista al amanecer, con Tineo aún iluminado y las altas montañas con algo de niebla al fondo es preciosa. En un tramo hay una pequeña capillita adornada con velas que en esta casi oscuridad está preciosa.
Rápidamente me adelanta una pareja a la que ya he visto otros días y que van mas deprisa que yo. La verdad es que casi todo el mundo va mas deprisa que yo. Casi todo el personal que se ve por aquí es joven y está en forma. Abueletes fondones como yo hay pocos.
En el sendero hay una cabaña que se llama "El mirador de Letizia" ( con zeta) con tres carteles curiosos. Uno dice "aquí vive el último de filipinas". El último debe estar durmiendo ya que no se le ve por ningún lado.
El segundo cartel dice "Que verde era mi valle". Esta segunda reivindicación no la entiendo, porque el valle sigue siendo verde a mas no poder.
El tercero es mejor: " Nuestro mundo es una civilización de solitarios egoístas".  Claro, y para demostrarlo fehacientemente él vive  solo en una cabaña en medio derl monte.
Y es que hay gente pa to.
El sendero que seguimos termina internándose en el monte y ascendiendo para pasar al siguiente valle. A ratos la subida es fuerte y molesta, pero en general es bastante soportable. Llegamos por fin a lo alto del monte, en un paraje de pastos ya desarbolado y tomamos una carreterilla que al poco se transforma en un sendero que sigue ascendiendo otros dos kilómetros hasta en Alto de las Canteironas, primero de los tres que tenemos en el día.
El sendero en la última parte del alto es estrecho y cerrado por cercas de piedra. Y justo allí se me viene encima un rebaño de unas veinte vacas rubias y terneros que vienen azuzados por un pastor. ¡Demonios, de repente estoy en medio de los Sanfermines!. Me aparto a una entrada de un prado y resulta que justo allí es a donde van las vacas. Me vuelvo a apartar y dejo que pase todo el rebaño antes de continuar. Por una vez me han valido mis genes taurinos.
Desde el alto la vista es magnífica. Se ven los dos valles que domina. Son valles de cultivo, completamente verdes y cerrados por montañas boscosas.
El día es espléndido. Algunas nubes blancas que no amenazan lluvia y una tempetatura algo mas fresca que otros días. También es que es mas temprano. Ya veremos si luego empieza a apretar el calor. Desde el alto se ve un buen trozo del Camino y veo varios grupos avanzando. Hoy veo  bastante mas gente que otros días. Se ve que la gente madruga habitualmente más que yo, lo cual, si es verdad que los refugios se están llenando, es normal.
Desde el alto bajamos hasta una carretera que seguimos durante unos setecientos metros hasta desviarnos hacia el bosque por un sendero ligeramente descendente que se va internando en un bosque. En un momento dado llega corriendo por detrás mio un perro juguetón que viene encantado. Detrás del perro viene su dueño, que me cuenta que el perro va haciendo perfectamente todo el Camino. Desde luego al perro se le ve encantado corriendo por todos lados. Lo que no se es como llegará al final de la etapa.
Vamos ahora por un magnifico bosque muy salvaje, bajando levemente. Pasados los ocho kilómetros de etapa llegamos al desvío al monasterio de Santa Maria la Real de Obona. Este monasterio abandonado está un poco alejado del Camino, pero tengo entendido que merece las pena verlo, así que me desvío sin dudarlo.

Y merece la pena. La distancia al monasterio es de apenas 400 metros y la visita es muy interesante. Se trata de un monasterio del siglo VIII, reconstruido una vez  en el XII y otra en el XVII. Solo queda intacta la fachada. El resto está en un variado estado de ruina, con las vigas de los techos caídas y muchas partes derruidas. Lo mejor es el claustro. Queda solo algo menos de la mitad del claustro en pie. El resto ha desaparecido y el  espacio ha sido invadido por la vegetación, con lo que el aspecto es curiosísimo y un tanto espectral. No me quiero imaginar el cague que tiene que dar estar aquí por la noche. No hay nadie en el monasterio (ni siquiera un vigilante) y puedo verlo a mis anchas.
Paseo un rato por los restos del monasterio y vuelvo en un momento al Camino. El desvío ha merecido las pena.
El Camino ahora es mas abierto y vamos viendo el pequeño valle donde está el monasterio. Al cabo de un rato llegamos a una carreterilla que nos introduce en el pequeño pueblo de Villaluz, en el kilómetro diez, donde hay una pequeña aldea. El Camino sigue ahora por la carretera durante tres kilómetros. En esos tres kilómetros pasamos por tres pueblos diminutos: Vega del Rey, Berrugoso y el pueblo preferido de mi hija Paloma: Las Tiendas.
De inmediato llegamos a Campiello, pueblo muy pequeño, pero concido porque hay un albergue privado llamado "Casa Herminia" que es un lugar ideal para parar en caso de que quieras hacer la ruta de Hospitales, a cuyo desvío llegaremos en breve. Paro allí a tomar algo y me encuentro a la pareja que durmió en la pensión y que salió cuarenta minutos antes que yo. Me dicen que van a Pola, al mismo hotel que yo. Se marchan de inmediato. Seguro que nos volvemos a cruzar.
Sello la credencial, tomo una coca y una botella de agua y sigo. Continuamos por la carretera un trecho hasta llegar a un desvío que nos acerca al siguiente pueblo importante, Borres. Este es un pueblo muy pequeño, pero colocado en una tremenda cuesta en la ladera de la montaña. Tanto, que en un kilómetro subimos 130 metros. Los del pueblo los suben como quien pasea, pero a mi me cuesta Dios y ayuda.
Una vez escalado Borres seguimos por una senda más recta hasta llegar al mojón que marca el desvío a la ruta de Hospitales.
Esta variante es la mas importante que tiene el Camino Primitivo. Consiste en un tramo de quince kilómetros por el monte que termina en el Puerto del Palo, donde empalma con la ruta tradicional por Pola de Allande, que es la que voy a seguir yo. Es una ruta panorámica pero campo a través, sin ningún tipo de servicio y que es totalmente desaconsejada en caso de niebla o mal tiempo. Debe ser muy bonita, pero se me haría muy larga con la etapa de hoy, y prefiero hacer la subida al Puerto del Palo mañana, que también debe ser preciosa.
Lo cierto es que la ruta de hospitales debe ser la auténtica, ya que se llama así porque en su trazado había tres hospitales de peregrinos, hoy desaparecidos.
Son las once y media y estoy en el kilómetro 19 de etapa, así que paro en un bosquecillo al lado del mojón del desvío a tomar algo y descansar. Mientras estoy allí pasan algunos peregrinos mas, entre ellos el del perro, que me dice que él ya ha hecho la Ruta de hospitales y que prefiere bajar a Pola.
Seguimos ahora mas o menos rectos por la ladera del monte hasta llegar a un pueblo llamado La Mortera, donde se inicia el ascenso al Puerto de Porciles. No es un puerto demasiado duro si lo haces por la carretera, pero el Camino, para evitar el peligro de ir por el inexistente arcén, se dedica a hacer recortes en cada curva de la carretera. El recorte consiste en fuertes bajadas hasta lo mas profundo del collado, seguidos de fuertes subidas hasta alcanzar de nuevo la carretera. Yo hago los dos primeros atajos y en el tercero sigo por carretera mucho mas cómodamente hasta el Alto de Porciles, a 770 metros.
De nuevo tenemos vistas espectaculares desde el alto, así que me paro otra vez en un bareto a tomar una coca cola. Me adelantan mis vecinos de pensión, a los que acababa de pasar en la subida al alto, la pareja que ya me adelantó justo al salir de Tineo (¡te vencí, maldito corrector ortográfico! ), un chico que va solo y que utiliza la técnica de los dos palos para avanzar bastante rápido, y el del perro, al que había vuelto a pasar en La Mortera, donde estaba descansando sentado en un banco debajo del cual se había puesto el perro a la sombra. Por cierto, al de los palos le noto algo raro, pero no logró saber lo que es. Lo descubriré esta noche, durante la cena.
Sigo camino y ahora toca bajar un tramo largo (de nuevo para evitar la carretera) hasta un arroyo que tiene una poza donde está encantado el perro bañándose tan feliz. Sigue tan juguetón como al principio de la etapa y hace amagos de marcharse con todos los que pasan por allí. No parece cansado, la verdad.
Obviamente, tras llegar al arroyo, toca subir de nuevo hasta la carretera. Y esta vez la subida es de aupa, tanto que en un tramo especialmente duro han puesto ¡escaleras!, para que podamos salvarlo sin la ayuda de piolet y cuerdas.
Al llegar a la carretera ya estamos casi en el Alto de la Lavadoira, último puerto de la jornada, a 815 metros de altura. Desde aquí se ve, muy cerquita, el Alto de Porciles, del que venimos. ¡Lo que ha costado salvar esta pequeña distancia!.
Y desde aquí todo es cuesta abajo hasta Pola (oh, Dios mio, el corrector ortográfico contraataca, cada vez que pongo Pola me lo cambia a Pila).
En dos  kilómetros bajamos desde los 815 metros de La Lavadoira hasta los 550 de Pola.
Es una bajada muy fuerte, por terreno muy pedregoso y que exige toda la atención para no resbalar y que castiga muchísimo las piernas. Encima el sendero es tan estrecho que no se puede hacer zig-zag para aminorar la pendiente, así que hay que bajar de frente todo el rato.
Pola aparece aún abajo tras dar una curva. Unos metros mas y el terreno se suaviza. Cruzamos un arroyo por una pasarela de piedra y llegamos de nuevo a la carretera. Este atajo, aunque pesado, ha merecido la pena. Nos ha ahorrado dos kilómetros de carretera. Los de la guía han debido medir la distancia por carretera, así que con todos los pesados atajos al final hemos ganado tres kilómetros. Eso hace que a las dos pasadas esté ya entrando en Pola. Delante mio, al igual que ayer, va la pareja que me ha dicho que iba a dormir en el mismo hotel que yo. Así que me limito a seguirles mientras ellos preguntan y en un momento llego al Hotel Nueva Allandesa, situado en el centro del pueblo, al lado del arroyo que lo cruza y del ayuntamiento.
Me dan una habitación con un buen balcón a la fachada principal y de inmediato me pongo a hacer mis tareas domésticas. Luego me tumbo un poco y a las cuatro salgo a dar una vuelta.
La vuelta dura diez minutos. Una iglesia cerrada, una fuente llamada de Los Burros que tiene inscritos los nombres de su diseñador y su constructor (supongo que para que todo el mundo sepa quienes son los burros), y una plaza mayor bonita, donde está el ayuntamiento y el hotel.
Y ya está visto el pueblo, así que me siento en una terraza a tomar un pincho de chorizo (aquí un pincho es un bocadillin) y unas aceitunas mientras voy escribiendo un rato.
Vuelvo al hotel a continuar escribiendo en la habitación mientras veo como se despellejan en Salvame.
A las siete bajo a la cafetería del hotel a tomar tomar algo y a las  ocho y cuarto ya estoy cenando en el mismo hotel. No apetece salir porque el cielo se ha cubierto y hace bastante fresco, además el restaurante del hotel tiene fama y el dueño me ha dicho que me hace un precio especial de cuarenta euros por la habitación, la cena  con un menú "especial" del peregrino y el  desayuno. Dado que el precio de la habitación era de 25 euros, la oferta parece inmejorable.
Y lo es. El menú especial tiene tres platos: pote gallego con berza (un bol enorme del que tomo un plato que está buenísimo), un pastel de verduras también muy bueno y lo mejor, repollo relleno de carne que es un plato típico de este restaurante y que está buenísimo. De postre tarta de queso casera. Un festín por diez euros que no tiene nada que ver con los menús del peregrino que te dan por ahí al mismo precio, y que suelen ser ensalada o pasta y cinta de lomo.
Al lado mio cena el de los dos palos que me había resultado extraño en el Camino. Habla con un taxista que le va a llevar mañana la mochila. Eso es lo que me resultó raro en el Camino. El tío no lleva mochila y por eso va tan rápido. Mañana le va a venir bien no llevar peso, porque se está cenando un cachopo mas grande que el mio de Oviedo y ya con eso va a ir suficientemente pesado.
Me subo a la habitación a las nueve y ya me quedó aquí descansando.
Mañana me toca una de las etapas reinas del Camino. Es corta, solo dieciocho kilómetros, pero empieza con la ascensión al Puerto del Palo, que es de 600 metros de desnivel en ocho kilómetros. Así que hay que descansar bien.

Trivial del Camino.
Las preguntas de ayer han puesto en aprietos a mas de uno y de una.
El obispo herético es Prisciliano, y Juan ha acertado de pleno. En cuanto al símbolo, acierto a medias. Es la cruz de la Victoria, y se guarda en la Cámara Santa de la Catedral de Oviedo.
Para hoy la pregunta del Camino es sencilla y poética:
¿Donde se juntan el Camino del Viento con el de las Estrellas?.
Y otra mixta, Asturiano-Caminera.
¿En que celebre monasterio de Camino Primitivo se encuentra la referencia mas antigua a la sidra en Asturias, en la que se dice, ya en el año 780 que hay que dar sidra, si puede ser, a los que trabajan allí?.
Esta es mas fácil y mas cercana de lo que parece.

Saliendo de Tineo
Capilla a la salida de Tineo
Saliendo de Tineo
Llegando al Alto de la Canteirona
Peregrino con perro
Claustro del monasterio de Obona
Clautro del monasterio de Obona
Saliendo de Borres
En el desvio a Hospitales
Descansando
Escaleras en el Camino
Pola de Allande
Llegando a Pola

Ayuntamiento de Pola
Hotel Nueva Allandesa

4 comentarios:

  1. Antes que Juan me gane y habiendo terminado el cumple de mi santo esposo, contesto rápidamente antes q den las 2 de la mañana. Es en Puente de la Reina donde se cruzan los caminos del viento y estrellas.
    Y el monasterio puede ser el de santa María del real en obona?
    Besos y te cedo las respuestas Juan para que me rectifiques!!!

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  2. Ahora resulta que Cristina no se acuesta hasta que de madrugada cuelga el Peregrino su crónica en el blog. Así responde a la primera sin competencia. ¿Cuál será el premio final? ¿Habrá un subcampeonato?

    Y no cuestiono lo del monasterio que dice Cristina, pero como me deja la segunda pregunta, digo que el Alto del Perdón en Navarra entre Pamplona y Puente la Reina. En Google salen fotos de una supuesta escultura-monumento y sí que hace mucho viento y hay mucho molino moderno. Allí el Peregrino y su Santa coincidieron con chicas orientales que creo recordar no seguían y se volvían a Pamplona donde debían estar estudiando.

    Por lo demás, el Peregrino utiliza giros narrativos como el suspense de saber qué misterio pasaba con el de los bastones. Hábilmente nos hace leer sin interrupción hasta que nos revela la oscura personalidad del tipo sin mochila a la espalda. Y es curiosa la repetida mención al perro, lo que nos sugiere cómo echa de menos la compañía de Brandy y/o Mauri para el camino. Creo sinceramente que la próxima edición no puede faltar ningún miembro de la familia Mendes Anasagasti pues ya se sabe que "familia que peregrina unida..."

    Porransisoso de noticias

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  3. Bien Cristina a por juanito , que está muy chulito respondiendo a todas las preguntas, esta vez te has adelantado , me parece que le ha debido de sentar fatal . Y por cierto creo que lo da la peregrinación en familia no va a ser casi imposible , creo que antes deberias ir tu con churri y mandarnos tus propias crónicas.
    Animo Mendes que como sigas entrenando el año que viene peregrinas al Mont Blanc
    besos
    Paloma

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  4. Para poder estar a la altura de Juan, me he colocado el blog del camino en el ordenador de la oficina, ya que hacerlo desde el móvil es un trabajo extra porque ya tenemos cierta edad y las letras no las vemos bien!!! Asi que ahora espero estar a la altura de las circunstancias y participar mejor pues escribo con teclado, que es lo que nos enseñaron cuando erámos pequeñitos (recordar que soy bastante más pequeña que vosotros!!!!).
    Creo que la familia Anasagasti - Mendes deberá plantearse la perergrinación unida cuando ya está a punto de cumplirse el quinquenio de la primera peregrinación realizada por el Santo Antonio!!!!

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